Páginas en Blanco en el Salón: Narrativas que Esperan Ser Escritas

El salón estaba lleno de mesas y sillas dispuestas en filas ordenadas, con un montón de páginas en blanco esperando s...

El salón estaba lleno de mesas y sillas dispuestas en filas ordenadas, con un montón de páginas en blanco esperando ser llenadas con historias por los estudiantes. El profesor de literatura les había dado la tarea de escribir una narrativa corta, y el silencio reinaba en el salón mientras todos se concentraban en dar vida a sus ideas en esas páginas en blanco.

Algunos miraban fijamente el papel, como si esperaran que las palabras aparecieran por arte de magia, mientras que otros escribían con rapidez, dejando que sus pensamientos fluyeran libremente. En una esquina del salón, una chica mordía el extremo de su lápiz, con la mirada perdida en el techo, tratando de encontrar la inspiración para su historia.

A su lado, un chico garabateaba en su libreta, borrando y reescribiendo constantemente, en un intento por plasmar en papel lo que tenía en mente. Mientras tanto, en la fila de enfrente, dos amigos compartían ideas y se reían, disfrutando del proceso creativo de dar forma a sus narrativas.

El sonido de los lápices rasgando el papel y el murmullo de las ideas flotando en el aire creaban una atmósfera de creatividad en el salón. Cada página en blanco representaba una oportunidad para explorar nuevos mundos, crear personajes inolvidables y compartir emociones a través de las palabras.

Era como si el salón estuviera lleno de posibilidades infinitas, esperando a ser descubiertas por los jóvenes escritores. A medida que el tiempo pasaba, las páginas en blanco se iban llenando con las historias de los estudiantes.

Algunos habían logrado plasmar sus ideas con facilidad, mientras que otros luchaban por encontrar las palabras adecuadas. Sin embargo, todos compartían la emoción de ver sus narrativas cobrar vida en esas páginas que antes estaban vacías.

El salón se había convertido en un espacio donde la imaginación fluía libremente, y cada página en blanco era un lienzo en blanco listo para ser llenado con las narrativas que esperaban ser escritas.