Los esclavos de Buenos Aires

La historia de nuestros "morenos" y un legado sombrío de sufrimiento



El tráfico de esclavos en Buenos Aires tuvo su punto neurálgico en la actual estación de Retiro, tanto, que al lugar se lo conocía como “el retiro de los esclavos”. Allí permanecían los africanos recién llegados hasta ser derivados con sus nuevos amos. A fines del siglo XVI y durante el XVII, llegaron los primeros africanos a Buenos Aires, provenientes de Angola, Congo y Mozambique y otras zonas del sudeste de África.

En Buenos Aires, las relaciones de los esclavos con los amos no eran sólo relaciones de servidumbre. Los esclavos actuaban, tenían iniciativa y creatividad. Impregnaron sus saberes, poseían conocimientos sobre cuestiones medicinales, agrícolas y manejo de la madera y del hierro. Esto nos hace pensar que no fueron solo una simple fuerza de trabajo

El ejemplo del esclavo Ventura, perteneciente a Martin de Álzaga, nos da una pauta de lo antedicho. Ventura, fue distinguido por denunciar una conspiración contra el gobierno. Tal gesto le valió a su libertad, se le pagó el sueldo de un soldado y se le otorgó una medalla de plata repujada, condecoración se exhibe actualmente en el Museo del Cabildo.  

Si hablamos de cifras, entre 1777 y 1812 entraron a los puertos de Buenos Aires y Montevideo más de 700 barcos, con 72.000 esclavos africanos. En 1810, Buenos Aires, tenía cerca de 40.000 habitantes, de los cuales un tercio de ellos eran de origen africano. El Censo Nacional del 2010, certificó que 15.000 argentinos tienen algún vínculo con esclavos africanos. Una mínima porción de aquel tercio que tenía Buenos Aires dos siglos antes.

El Día Nacional de los Afro-argentinos se instituyó en honor a Remedios del Valle, heroína de la independencia y Capitana del Ejército del Norte. Nombrada como… La madre de la Patria. Y si hablamos de Padres de la Patria, nada hubiese sido del General Don José de San Martín sin el granadero Juan Bautista Cabral, hijo de una esclava angoleña, que le salvó la vida en la batalla de San Lorenzo, o sin la “insuperable” infantería negra que le ayudó a conquistar la libertad de medio continente.

Los últimos negros de Buenos Aires quedaron en los campos de batalla del Paraguay tras la nefasta guerra de la Triple Alianza. Los pocos que volvieron luego de la contienda, fueron presa fácil de la epidemia de fiebre amarilla que se desató en el año 1871. Así… La argentina, xenófoba y racista, con paciencia y sin prisa, pudo acallar los tamboriles y sepultar la historia de nuestros morenos.

Dr. Rubén Merciel



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