La regulación de la ingesta [2]
[Parte dos] El ingreso de los alimentos tiene una serie de requisitos y regulaciones inalterables para la naturaleza. El ser humano, al incumplir con esos requisitos, activó la obesidad
Una madre ansiosa e insegura puede en unos pocos minutos aniquilar todo el esfuerzo de la naturaleza y “fabricar”, por amor desmedido, un futuro obeso. La conclusión general de los factores perinatales nos deja en claro que:
1. Los lactantes normales regulan su ingesta alimentaria de acuerdo a sus necesidades energéticas para mantenimiento y crecimiento.
2. A partir de los 41 días de vida están en condiciones fisiológicas de regular los volúmenes de su ingesta de acuerdo con la densidad calórica de la dieta en función de sus necesidades energéticas.
3. Cuando los lactantes son alimentados respetando sus demandas en frecuencia y volumen de comidas, responden adecuando su ingesta a los requerimientos nutricionales.
Respetar la frecuencia y el tamaño de la ingesta alimentaria es la piedra filosofal de las conductas futuras; Así lo certifican los estudios de Cohn y Fabry con ratas alimentadas en dos formas diferentes: Según su necesidad unas, y con una sola ración diaria las otras.
En ambos casos, siempre que se dejó en manos del animal la selección de las cantidades de comida la ganancia de peso fue similar, comieran una o varias veces al día; Cuando a las que comían una sola vez al día se las alimentó con todas las calorías que ingerían las otras, se volvieron obesas.
Los resultados sugieren que, a igual cantidad de calorías, cuando las mismas son ingeridas en una sola toma en lugar de varias tomas fraccionadas, aumenta la eficiencia energética (capacidad de guardar reservas). Hay por ende para los autores mayor conversión de carbohidratos en grasas, por activarse la vía metabólica de Dickens (Vía de las pentosas).
El tamaño de la comida parece ejercer un efecto crítico sobre la capacidad de guardar reservas (eficacia energética); A igual cantidad de calorías en volúmenes fraccionados tienen mayor costo energético que en una sola toma de mayor volumen.
Poner en marcha la “fábrica” de guardar reservas una sola vez tendrá menos costo que hacerlo cinco o seis veces en un mismo día.
Como referencia tendremos que la frecuencia de las comidas es inversamente proporcional a la cantidad de grasa almacenada. Con calorías constantes, a menor número de tomas, hay mayor lipogénesis (formación de grasa).
A mayor cantidad de comidas al día, menos grasa corporal se deposita en el tejido adiposo.
Este universal principio disuade el concepto de comer pocas veces al día como así también la utilización de los hoy día denominados: Ayunos intermitentes, una moda alimentaria, pero una aberración fisiológica.
2. A partir de los 41 días de vida están en condiciones fisiológicas de regular los volúmenes de su ingesta de acuerdo con la densidad calórica de la dieta en función de sus necesidades energéticas. 3. Cuando los lactantes son alimentados respetando sus demandas en frecuencia y volumen de comidas, responden adecuando su ingesta a los requerimientos nutricionales.
Respetar la frecuencia y el tamaño de la ingesta alimentaria es la piedra filosofal de las conductas futuras; Así lo certifican los estudios de Cohn y Fabry con ratas alimentadas en dos formas diferentes: Según su necesidad unas, y con una sola ración diaria las otras. En ambos casos, siempre que se dejó en manos del animal la selección de las cantidades de comida la ganancia de peso fue similar, comieran una o varias veces al día; Cuando a las que comían una sola vez al día se las alimentó con todas las calorías que ingerían las otras, se volvieron obesas.
Los resultados sugieren que, a igual cantidad de calorías, cuando las mismas son ingeridas en una sola toma en lugar de varias tomas fraccionadas, aumenta la eficiencia energética (capacidad de guardar reservas). Hay por ende para los autores mayor conversión de carbohidratos en grasas, por activarse la vía metabólica de Dickens (Vía de las pentosas).
El tamaño de la comida parece ejercer un efecto crítico sobre la capacidad de guardar reservas (eficacia energética); A igual cantidad de calorías en volúmenes fraccionados tienen mayor costo energético que en una sola toma de mayor volumen. Poner en marcha la “fábrica” de guardar reservas una sola vez tendrá menos costo que hacerlo cinco o seis veces en un mismo día.
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