Entre Escaleras y Pasillos: Descubriendo Espacios de Ascenso y Descenso

En el edificio de la universidad, siempre me ha llamado la atención la cantidad de escaleras y pasillos que hay. Cada v...

En el edificio de la universidad, siempre me ha llamado la atención la cantidad de escaleras y pasillos que hay. Cada vez que tengo que ir a una clase, me encuentro con la disyuntiva de si subir por las escaleras o tomar el ascensor.

A veces me decido por las escaleras, pensando en hacer un poco de ejercicio, pero otras veces opto por la comodidad del ascensor. Sin embargo, en el trayecto siempre me encuentro con pasillos que parecen laberintos, con giros inesperados y puertas que llevan a lugares desconocidos.

Una de las cosas que más me gusta es descubrir nuevos espacios entre escaleras y pasillos. A veces me aventuro a tomar un pasillo que nunca antes había recorrido, solo para ver a dónde me lleva.

En ocasiones me encuentro con aulas vacías, salas de estudio silenciosas o incluso con pequeños patios interiores que parecen escondidos entre los edificios. Es como si cada pasillo fuera un mundo nuevo por descubrir, con sus propias sorpresas y secretos.

Aunque a veces me pierdo entre tantos pasillos y escaleras, disfruto de la sensación de explorar un lugar tan grande y lleno de rincones desconocidos. Me gusta pensar que cada escalera que subo o bajo me acerca un poco más a conocer todos los espacios que el edificio tiene para ofrecer.

Es como si cada escalón fuera un peldaño hacia la aventura, un camino que me lleva a descubrir nuevos lugares y experiencias. Entre escaleras y pasillos, he encontrado lugares que se han convertido en mis favoritos para estudiar o simplemente para relajarme.

Algunos pasillos tienen bancas o sillones cómodos donde puedo sentarme a leer o a tomar un descanso entre clases. También he descubierto pequeñas terrazas en los pisos superiores, desde donde se puede ver la ciudad y disfrutar de un momento de tranquilidad.

Estos espacios se han convertido en refugios para mí, lugares a los que puedo ir cuando necesito un respiro del ajetreo diario. En definitiva, entre escaleras y pasillos he encontrado mucho más que simples medios de ascenso y descenso.

He descubierto espacios que me han permitido conocer mejor el edificio y que me han brindado momentos de tranquilidad y descubrimiento. Cada vez que recorro estos pasillos, siento que estoy explorando un mundo nuevo, lleno de sorpresas y posibilidades.