El insomnio y la edad
El insomnio y la edad. El paso del tiempo acrecienta los trastornos del sueño. Es común decir que “Los ancianos duermen muy poco”, esto se debe al envejecimiento general.
El insomnio se vuelve más común con la edad. A medida que se envejece, aparecen determinadas situaciones:
• Cambios en los patrones del sueño: El sueño es menos reparador en los ancianos, tal vez por una mayor respuesta ante los estímulos externos como el ruido o los cambios en el entorno externo. Con el paso del tiempo la edad, el ritmo circadiano (nuestro reloj interno) suele adelantarse, por lo que el anciano se siente cansado muy temprano en la tarde, volviendo a estar más activo en la madrugada. Es de hacer notar que, por lo general, los ancianos aún necesitan las mismas horas de sueño, pero cambiadas de horario.
• Cambios en las actividades rutinarias: El anciano, al estar menos activo física y socialmente, hace que esa misma falta de actividad interfiera en el normal descanso nocturno. Por el contrario, si el anciano está muy activo, tal vez duerma una siesta diaria que puede (y suele), interferir en el sueño nocturno.
• Cambios en el equilibrio de la salud: Los dolores o la depresión, derivados de los procesos que conviven con la ancianidad van a interferir en el sueño. La necesidad de repetidas micciones nocturna por efecto del agrandamiento prostático o de una vejiga irritable van a deteriorar el normal descanso por vía del cambio de los ritmos del sueño. La apnea del sueño y el síndrome de las piernas inquietas (ya referido) son más comunes el paso del tiempo.
• La sobremedicación: Dado que las personas consumen gran cantidad de fármacos, las posibilidades de que muchos de ellos tengan al insomnio como posible efecto secundarios, aumentan notablemente. A más medicamentos, más posibilidades de padecer insomnio.
Además de los ancianos, los trastornos del sueño también suelen verse también en niños y adolescentes, aunque muchas veces, en estos grupos etarios, el problema no es tal, sino un hábito de trasnochar o de acostarse muy tarde como parte de una “moda” de la edad. Pero esto puede darse, porque al revés de los ancianos, su ritmo circadiano está alargado.
Un ritmo de sueño adecuado llega a ser tan importante para la salud como una alimentación saludable o una actividad física regular. El insomnio crónico siempre va a afectar negativamente tanto el área mental como el equilibrio físico. Los insomnes, siempre refieren tener una calidad de vida peor en comparación con aquellas que duermen bien.
Las complicaciones habituales del insomnio crónico suelen ser: Un peor desempeño laboral o escolar, una disminución en el tiempo de reacción ante circunstancias extremas, alteraciones del equilibrio anímico que puede llevar a la aparición de depresión, trastornos de ansiedad o abuso de sustancias legales o ilegales, aumento en la gravedad de enfermedades crónicas, si es que las hubiere.
Mantener buenos hábitos de descanso y rutinas equilibradas, previenen de caer en el insomnio.
Acostarse y despertarse a la misma hora todos los días, realizar una adecuada actividad física, evaluar todos los fármacos que se ingieren, tratar de evitar las siestas prolongadas, no ingerir café, alcohol, o cigarrillos antes de dormir, evitar las cenas copiosas, tener un lugar cómodo para descansar, o incorporar hábitos relajantes tales como tomar un baño tibio, leer o escuchar música suave antes de dormir, son pequeñas claves para un buen dormir.
• Cambios en las actividades rutinarias: El anciano, al estar menos activo física y socialmente, hace que esa misma falta de actividad interfiera en el normal descanso nocturno. Por el contrario, si el anciano está muy activo, tal vez duerma una siesta diaria que puede (y suele), interferir en el sueño nocturno.
• Cambios en el equilibrio de la salud: Los dolores o la depresión, derivados de los procesos que conviven con la ancianidad van a interferir en el sueño. La necesidad de repetidas micciones nocturna por efecto del agrandamiento prostático o de una vejiga irritable van a deteriorar el normal descanso por vía del cambio de los ritmos del sueño. La apnea del sueño y el síndrome de las piernas inquietas (ya referido) son más comunes el paso del tiempo.
• La sobremedicación: Dado que las personas consumen gran cantidad de fármacos, las posibilidades de que muchos de ellos tengan al insomnio como posible efecto secundarios, aumentan notablemente. A más medicamentos, más posibilidades de padecer insomnio.
Además de los ancianos, los trastornos del sueño también suelen verse también en niños y adolescentes, aunque muchas veces, en estos grupos etarios, el problema no es tal, sino un hábito de trasnochar o de acostarse muy tarde como parte de una “moda” de la edad. Pero esto puede darse, porque al revés de los ancianos, su ritmo circadiano está alargado.
Un ritmo de sueño adecuado llega a ser tan importante para la salud como una alimentación saludable o una actividad física regular. El insomnio crónico siempre va a afectar negativamente tanto el área mental como el equilibrio físico. Los insomnes, siempre refieren tener una calidad de vida peor en comparación con aquellas que duermen bien.
Las complicaciones habituales del insomnio crónico suelen ser: Un peor desempeño laboral o escolar, una disminución en el tiempo de reacción ante circunstancias extremas, alteraciones del equilibrio anímico que puede llevar a la aparición de depresión, trastornos de ansiedad o abuso de sustancias legales o ilegales, aumento en la gravedad de enfermedades crónicas, si es que las hubiere.
Mantener buenos hábitos de descanso y rutinas equilibradas, previenen de caer en el insomnio. Acostarse y despertarse a la misma hora todos los días, realizar una adecuada actividad física, evaluar todos los fármacos que se ingieren, tratar de evitar las siestas prolongadas, no ingerir café, alcohol, o cigarrillos antes de dormir, evitar las cenas copiosas, tener un lugar cómodo para descansar, o incorporar hábitos relajantes tales como tomar un baño tibio, leer o escuchar música suave antes de dormir, son pequeñas claves para un buen dormir.
Suscribite a la Fundación
Cómo podés colaborar con la Fundación?
Con tu suscripción mensual, la 'Fundación Sueños y Utopías' podrá continuar con la labor que desarrolla desde hace doce años en la prevención de la obesidad y la malnutrición infantil, el aporte alimentario a los niños chicos con carencias alimentarias y el adecuado control del estrés y los trastornos de ansiedad.
SuscribirmeAyudanos a Ayudar
Cómo podés colaborar con la Fundación?
El diario digital Un Espacio de Salud es un medio de la “Fundación Alimentaria Sueños y Utopías”, entidad civil sin afán de lucro, para la Prevención de la Obesidad y la Malnutrición Infantil. Desde aquí agradecemos a todos los amigos que nos siguen, compartiendo las notas y respaldando, con su buena voluntad, a cada uno de los patrocinadores que amablemente nos acompañan.
Colocá un enlace en tu sitio