Chonino… el héroe policial
Una historia de subordinación y valor del mejor amigo del hombre
Quienes, aprovechando un rato de tiempo libre, salen a pasear por el barrio bonaerense de Palermo, se encontrarán con la calle de acceso a la Sección Agrupación Perros de la Policía Federal Argentina, ubicada entre la calle Salguero y la Avenida Carlos Casares. Esa calle de acceso a la delegación policial es el Pasaje Chonino.
Repasando rápidamente en la historia, no encuentra a ningún prócer, militar, científico o figura pública que coincida su nombre con el de ese corto pasaje de la capital de la República Argentina. Entonces… ¿Por qué Chonino?
Chonino fue un perro Ovejero Alemán que perteneció a la Policía Federal Argentina, recordado por ser el único que murió en acción en toda la historia de la fuerza, y que por su valentía y sacrificio se conmemora en nuestro país el "Día Nacional del Perro" el día de su fallecimiento.
Chonino nació el 4 de abril de 1975. En diciembre de 1977 fue reclutado por la Policía Federal Argentina en la División Perros y luego de ser adiestrado como perro de seguridad, se lo catalogó como perro de presa, por lo que se lo reconocía apto para entrar en acción en situaciones donde peligrara la vida de sus conductores o de terceros inocentes.
El 2 de junio de 1983, a sus siete años, Chonino realiza un patrullaje de rutina junto a su guía, el Suboficial Luis Sibert, quien va en compañía del agente Jorge Iani, por la avenida Lastra y Generel Paz. Cerca de las veinte horas en una noche fría y bajo una fuerte lluvia, los oficiales se encuentran con dos sospechosos que merodean cerca de un comercio que estaba por cerrar.
Al tratar de identificarlos, los malhechores comienzan a efectuar disparos y en el enfrentamiento ambos oficiales resultan gravemente heridos. Los delincuentes, aunque heridos de menor gravedad logran huir presurosos y a la carrera.
En ese momento Chonino, recibe la voz de ataque y se abalanza sobre uno de sus agresores, lo tira al suelo y logra desarmarlo, pero recibe un disparo que le atraviesa el tórax.
El animal, agonizando, se arrastra con sus últimas fuerzas más de cien metros hacia su guía que yacía gravemente herido en el suelo y muere sobre él. El Suboficial Luis Alberto Sibert, guía de Chonino, lograría salvar su vida luego de las graves heridas sufridas, mientras que su compañero, el agente Jorge Iani, moría horas más tarde por las heridas recibidas.
Tras el enfrentamiento, la policía constata que Chonino, ya muerto, aún apretaba entre sus mandíbulas un trozo de la campera del delincuente al que atacó. Ese trozo de campera era un bolsillo, y en su interior estaban los documentos que lo identificaban como uno de los autores del salvaje y artero ataque. Gracias a este acto heroico, que a Chonino le costó la vida, los maleantes fueron detenidos cinco días después y juzgados como se merecían.
Los restos de Chonino, el valiente y fiel perro policía, descansan desde ese momento en un predio del Círculo de la Policía. Junto a la calle que lleva su nombre, nombre que despierta la curiosidad de más de un paseante, está el cuartel de la Policía Montada y allí lo recuerda, asimismo, una estatua de bronce.
Repasando rápidamente en la historia, no encuentra a ningún prócer, militar, científico o figura pública que coincida su nombre con el de ese corto pasaje de la capital de la República Argentina. Entonces… ¿Por qué Chonino? Chonino fue un perro Ovejero Alemán que perteneció a la Policía Federal Argentina, recordado por ser el único que murió en acción en toda la historia de la fuerza, y que por su valentía y sacrificio se conmemora en nuestro país el "Día Nacional del Perro" el día de su fallecimiento.
Chonino nació el 4 de abril de 1975. En diciembre de 1977 fue reclutado por la Policía Federal Argentina en la División Perros y luego de ser adiestrado como perro de seguridad, se lo catalogó como perro de presa, por lo que se lo reconocía apto para entrar en acción en situaciones donde peligrara la vida de sus conductores o de terceros inocentes.
El 2 de junio de 1983, a sus siete años, Chonino realiza un patrullaje de rutina junto a su guía, el Suboficial Luis Sibert, quien va en compañía del agente Jorge Iani, por la avenida Lastra y Generel Paz. Cerca de las veinte horas en una noche fría y bajo una fuerte lluvia, los oficiales se encuentran con dos sospechosos que merodean cerca de un comercio que estaba por cerrar.
Al tratar de identificarlos, los malhechores comienzan a efectuar disparos y en el enfrentamiento ambos oficiales resultan gravemente heridos. Los delincuentes, aunque heridos de menor gravedad logran huir presurosos y a la carrera. En ese momento Chonino, recibe la voz de ataque y se abalanza sobre uno de sus agresores, lo tira al suelo y logra desarmarlo, pero recibe un disparo que le atraviesa el tórax.
El animal, agonizando, se arrastra con sus últimas fuerzas más de cien metros hacia su guía que yacía gravemente herido en el suelo y muere sobre él. El Suboficial Luis Alberto Sibert, guía de Chonino, lograría salvar su vida luego de las graves heridas sufridas, mientras que su compañero, el agente Jorge Iani, moría horas más tarde por las heridas recibidas.
Tras el enfrentamiento, la policía constata que Chonino, ya muerto, aún apretaba entre sus mandíbulas un trozo de la campera del delincuente al que atacó. Ese trozo de campera era un bolsillo, y en su interior estaban los documentos que lo identificaban como uno de los autores del salvaje y artero ataque. Gracias a este acto heroico, que a Chonino le costó la vida, los maleantes fueron detenidos cinco días después y juzgados como se merecían.
Los restos de Chonino, el valiente y fiel perro policía, descansan desde ese momento en un predio del Círculo de la Policía. Junto a la calle que lleva su nombre, nombre que despierta la curiosidad de más de un paseante, está el cuartel de la Policía Montada y allí lo recuerda, asimismo, una estatua de bronce.
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